Juntos, pongamos fin al Alzheimer

Demencias

La Demencia es un síndrome (síntomas) de origen orgánico, de naturaleza crónica y progresiva, en el cual se observa un deterioro de las facultades mentales de la persona, respecto a su estado o nivel previo. Facultades como la capacidad de atender, memoria, lenguaje, funciones ejecutivas, razonamiento etc, se ven afectadas, dificultando a la persona que la padece su actividad en la vida cotidiana.

Este deterioro genera trastornos de conducta, emocionales o de comportamiento que afectan igualmente al funcionamiento diario de la persona y la relación con su entorno.

 Indicadores o síntomas de alarma

Cada persona puede experimentar una o varias de estas señales en grados diferentes.

Si notamos cambios relevantes en alguna de ellas, debemos consultar a un médico.

 Memoria. Olvidos frecuentes que tienen repercusión en la vida cotidiana.  Pérdida de las llaves, la cartera, el móvil, citas médicas, olvida tomar su medicación.  Guarda objetos en lugares extraños, los coloca fuera de lugar y tiene dificultad para retrazar sus pasos para poder encontrarlos. (A veces acusan a los demás de robarlos)

Orientación. Olvida fechas importantes, citas médicas, se desorienta y le cuesta volver a recordar un recorrido habitual.

Pensamiento abstracto, resolución de problemas. Observamos cambios en su capacidad para planificar o para seguir un plan establecido.  Dificultad para seguir una receta de cocina que ha hecho siempre, o manejar las cuentas y la economía cotidiana. Puede tener problemas  para mantener la atención y le lleva más tiempo hacer cosas que antes hacía más rápido.

Falta de criterio para valorar y para tomar decisiones. Presta menos atención a su higiene. Utiliza el dinero de forma desproporcionada, compran cosas que no necesitan, sacar cantidades inusuales de dinero del banco.

Lenguaje y comunicación. Dificultad para seguir una conversación, para encontrar las palabras correctas o el vocabulario apropiado, recordar el nombre de objetos cotidianos

Pérdida de iniciativa e interés en actividades sociales y sus ocupaciones cotidianas. Puede tener dificultades para manejarse con normas y reglas de pasatiempos y actividades sociales habituales, lo cual le lleva a evitar tomar parte en todas aquellas que impliquen la interacción con los demás a causa de los cambios que está experimentando.

Cambio de carácter y alteraciones del comportamiento. La irritabilidad y la obstinación son los dos rasgos más típicos en fases iniciales; a veces se observan cambios de humor repentinos sin causa aparente. La persona puede volverse confusa, temerosa y dependiente de un familiar (habitualmente el cónyuge).

Cambios en el humor o la personalidad. Pueden mostrarse confundidas, deprimidas, temerosas o ansiosas. Se pueden enfadar fácilmente en casa, en el trabajo o en lugares donde están fuera de su ambiente.